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¿Te has sido infiel?

Se que querías ser aceptado, amado, apreciado, gracias a ello permitiste y fuiste infiel a ti mismo, permitiendo que otros colocaran sus expectativas sobre ti, fallándote y aún así dudando si estabas haciendo lo correcto, pues cuándo el alma habla no hay manera de que el cuerpo no la sienta.

El precio a la autenticidad, escuchando solo a la sabiduría intuitiva parece alto, pues te sentirás excluido de lugares, situaciones y personas, pero en realidad lo que es demasiado caro es vivir una vida sin escuchar la voz en tu interior que susurra llevándote hacia la vida que mereces, no la que deseas, pues el deseo proviene de la mente, de lo que la mente ha aprendido y cree que es mejor para ti, por lo tanto bastante lejos de las realidades puras etéreas.

No es fácil pues has aprendido toda tu vida a seguir el camino que otros marcaron, sin cuestionarse, sin dudar si esa senda los llevaba al miedo o al amor. Para saberlo solo basta voltear alrededor y preguntarse si esa vida trazada ¿ha vuelto a quienes la siguen más pacíficos, amorosos, compasivos, sabios?

El verdadero reto de vivir esta vida humana es no dejar de escuchar a Dios en el interior, sin importar lo que las distracciones de afuera griten.

¿Quieres marcar una nueva senda en tu andar, más clara, limpia, pura, pacífica, amorosa? ¡Estoy lista para acompañarte!

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